Ramos Sucre habla de «las verdades de ardua metafísica que gobiernan la ciencia del lenguaje». Para que se entienda ese juicio, leamos estas líneas de Heidegger en «El origen de la obra de arte»:
La oración simple se compone del sujeto, que es la traducción latina —y esto quiere decir interpretación— del ὑποκείμενον y del predicado con el que se enuncian las características de la cosa. ¿Quién se atrevería a poner en tela de juicio estas sencillas relaciones fundamentales entre la cosa y la oración, entre la estructura de la oración y la estructura de la cosa? Y con todo, no nos queda más que preguntar si la estructura de la oración simple (la cópula del sujeto y predicado) es el reflejo de la estructura de la cosa (de la reunión de la sustancia con los accidentes). ¿O es que esa representación de la estructura de la cosa se ha diseñado según la estructura de la oración?
Un comentario
Interesante la literatura de Jose Antonio Ramos Sucre, todos los escritores, poetas recorren las mismas rutas del mundo real, demonios, laberintos, descripción de las aberraciones de los sistemas inflexibles, la estructuración de la palabra coherente nos lleva por rutas infinitas, admirar las ramas desarrolladas, ver sus pesadillas como nuestras, impresión del camino recorrido por estos, al final vemos el final detallado de las guerras frías y crueles desatadas, luz que ilumina el entendimiento como respuesta de las tortura infringidas.
El devenir de la muerte y recorrido del pensamiento entre torbellinos, adorando ese aspecto inteligente de apartar el ser supremo para verle como cosa divina y sagrada e inexplicable del universos, sus increíble secretos aun sin revelar, acudiendo a razones y motivos particulares para ejercer la literatura, desnudar de verdades que nos atrapa y nos lleva por la admiración del arte genuino de saber cantar verdades y traducir el mundo real a todos.-Chinca C. Salas R-