La creencia de que escribir versos, párrafos o páginas es una tarea trascendente o distinguida, siempre acecha al escritor, y casi siempre de manera victoriosa. Son insuficientes las prevenciones de Nietzsche, Musil, Seferis y, no hace muchos días, de la sorprendida encantadora anciana premio Nobel Doris Lessing, quien sentenció: «No creo que haya nada extraordinario en ser escritora».
Ramos Sucre no fue la excepción:
Sé muy bien que he creado una obra inmortal y que siquiera el triste consuelo de la gloria me recompensará de tantos dolores.
Debido a esa continua y victoriosa asechanza, busco o doy con los movimientos opuestos o laterales a la celebración del escritor o escritora y su oficio; acumulo variaciones literarias del esclavo romano que recitaba al general victorioso: «Memento mori» («¡Recuerda que has de morir!»), o como recoge Tertuliano: «Respice post te! Hominem te esse memento!» («!Mira detrás de tí! ¡Sólo eres un hombre!»).
Una de ellas, relacionada con Ramos Sucre, es un nunca mencionado comentario del Dr. Luis Razetti. Éste dejó una obra de 8 libros y casi 800 artículos. Alguna vez le criticaron una supuesta cacofonía y los muchos que; a esa observación respondió:
En la página 22 hay cuatro capaces y en la siguiente hay seis que. Esto es feo, pero no obscurece nada. Mi amigo Ramos Sucre tenía escrito un grueso volumen sin ningún que, ni cual, ni cuyo. Usted debe saber que Ramos Sucre se suicidó.
Desconozco los ocho libros, los casi 800 artículos y los al parecer innumerables pecados cacofónicos que en ellos cometió Razetti; opino, sin embargo, que de ellos lo redime ese seco, breve y ominoso período, el mejor «Memento mori» de la literatura venezolana.
Addendum del 25 de octubre: Descubro hoy que Luis Barrera Linares, en su blog La duda melódica, ejecuta uno de esos movimientos laterales de que hablé arriba. Movimiento lateral literal porque nuestras notas salieron el mismo día. También porque la suya es sobre las peripecias heterónimas y apócrifas de Rafael Bolívar Coronado, si tal fue su nombre real, que nació en 1884 y murió 1924, y que fue por ende contemporáneo de Ramos Sucre. Barrera Linares apunta que la obra apócrifa de Bolívar Coronado pone «en tela de juicio la noción del escritor que desahoga su ego a través de la literatura» e «implica una severa crítica al establisment político de su momento y sus particulares maneras de consagrar a los escritores». Doblo la referencia para invitarlo a que vaya y lea esta excelente nota →.
Un comentario
Me parece tan atinada su consideración del memento mori de Razetti, la celebro en aras de apaciguar la trillada apología del autor cumanés por parte de sus crítcos póstumos.